¿Cómo surge tu pasión por la escultura? ¿Qué te hizo decantarte por el arte cofrade dentro del mundo de escultura?
La escultura pasionaria y la Semana Santa, yo creo que desde que nací la he sentido. Cuando he salido de mi ciudad, de la Región, he salido muchas veces expresamente, a pesar de mi juventud, a visitar museos o algunas parroquias, dentro de la Región de Murcia y cuando he salido fuera. He tenido siempre una pasión por la escultura religiosa, por la imaginería. Pero esa pasión no se convierte realmente en un interés inusitado para mí hasta que sucede algo realmente importante para mi vida, que fue la aparición de la Semana Santa en La Unión, de los desfiles procesionales.
La Unión como ciudad minera, ha ido siempre al son que ha tocado la actividad minera, de tal manera que ha habido épocas donde sí ha habido procesiones y otras veces no ha habido. Esta última etapa arranca hace unos 30 años aproximadamente. Hay un artista local que es pintor de La Unión, pero vivía en Madrid, Paco Conesa, y el Delegado de Gobierno por aquellas fechas, Eugenio Faraco, se encarga de reactivar la Semana Santa de nuestro pueblo, y escoge a Paco para hacer imaginería. Esa imaginería la hace justo al lado de mi casa, y yo tuve la enorme suerte de verlo trabajar. Esa ilusión que yo tenía por la Semana Santa de pronto cambió, de solamente observarla, a pensar de verdad en poder realizar yo ese tipo de obra. Y a partir de ese momento es cuando empiezo realmente a tomarme en serio el proceso de de realización de una escultura religiosa.
¿Cómo fue el proceso de aprendizaje de manera autodidacta?
La escultura para mí empieza siendo un hobby, pero utilizo todo tipo de materiales desde el principio, cuando no era profesional desde ese momento ya no pensaba en otra cosa. Hice mucha escultura que me sirvió de aprendizaje, empecé con el mármol y con el bronce. La madera la tomo más tarde, cuando hago mi primera obra para probarme. Y es desde ese momento cuando ya surge esa vocación que yo tenía oculta por la por la imaginería.
Estuve modelando durante años mucha obra en barro, a partir de conocer a Paco Conesa. A continuación contacto con la escuela del mármol de Macael, y allí, durante un periodo muy corto de dos o tres meses iba una vez a la semana, aprendí los rudimentos de la talla del Mármol. Después no he tenido más maestros, el único acercamiento que he tenido a un gran maestro fue a José Antonio Hernández Navarro que también durante un periodo corto asistía un día a la semana por la tarde. Ya no he más tenido ocasión, por desgracia, de acudir a un taller. Tuve que trabajar mucho y aprender de los errores hasta llegar al punto que estoy ahora mismo.
Algunas de sus obras muestran un trasfondo alegórico o reflejan momentos poco habituales en el arte cofrade ¿cómo surgen estas ideas vanguardistas?
Sinceramente creo que no es tan diferente,sigo en mi escultura los pasos de realismo y de naturalismo que impone Juan González Moreno, y que el maestro Hernández Navarro ha continuado. Puede ser que haya alguna escultura que se salga un poquito de lo normal, pero en imaginería hay muchos límites que no los puedes pasar, no podemos imaginar a Cristo con un pantalón vaquero.
Yo creo que no he innovado prácticamente nada. Puede ser que tenga connotaciones algo distintas a los demás, y eso me alaga que me lo digas, pero no veo que haya mucha diferencia.
¿Cómo suele ser el proceso de creación de una obra? ¿Se basan en ideas propias o son encargos por parte de las hermandades, cofradías y particulares?
Lo normal es que una imagen una escultura corresponde a un encargo. Lo que no quiere decir que a lo largo de estos 24 años que llevo, haya hecho alguna por puro placer. Los encargos que proceden de cualquier cliente, ya sea Cofradía o particular, lo normal es que dejen expresarme libremente. Casi nunca he tenido ningún tipo de atadura para expresar lo que quiero expresar en cada una de de las esculturas que he hecho, la libertad siempre está por delante.
¿Qué sientes cuando ves a gente rezando a una de las imágenes que has realizado?
Ese es el fin. El fin último y principal para el que se hace este tipo de imaginería, precisamente, es para que vayan al culto. No puedo ocultar que para mí, evidentemente, es una satisfacción encontrarme, en más de una ocasión me ha pasado, alguna escultura que la policromía en los pies ha desaparecido y hay que volver a retomarla. Eso es porque ha calado bien entre los fieles, tiene devoción y eso es un punto que a mí me llena lógicamente orgullo y de satisfacción.
¿Crees que imaginería y religión están firmemente ligados? ¿O puede llegar a transmitir lo mismo a quien la observe aunque no tenga fe?
La escultura religiosa tiene su destino y deben de transmitir para que lleguen al espectador. Al ser escultura realista, para una persona que no sea persona de fe, puede puede también llegarle, porque son esculturas muy explícitas y no necesitan de ninguna explicación. Yo desconozco si algún ateo o alguien que no tenga fe es capaz de emocionarse con una escultura de este tipo. Yo creo que no pero, en cualquier caso, entenderlas la entienden perfectamente, porque no hay que explicarles lo que están contemplando.
¿Dónde podemos ver más de sus obras y dónde te podemos encontrar si queremos tener una de ellas?
Este año, afortunadamente, he sobrepasado la cifra de 100 obras. Mi obra en este corto espacio de tiempo que me he dedicado a la imaginería, mis obras están repartidas desde el País Vasco, pasando por Palencia, Barcelona, en varias provincias de Castilla la Mancha, Almería, en varias ciudades de Alicante y por supuesto en la Región de Murcia, que es donde más obra tengo.
Dentro de la Región de Murcia el grueso de la obra está en Alhama de Murcia. No es muy normal lo que lo que me ha pasado, que haya tenido hasta hace poco tantísimo encargo en la misma ciudad, especialmente en la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, donde hay un museo de pasos imágenes con las Siete Palabras y otras obras que he realizado. Y fuera de España también tengo una obra en Ámsterdam.
Para ponerse en contacto conmigo, como es tan fácil hoy día encontrar a cualquier persona, solamente tienen que buscar en internet “Galo Conesa” e inmediatamente aparezco yo y mi teléfono.
¿Cuál sería la obra que te queda por hacer?
He representado casi todos los momentos del la vida de de Jesús, pero hay una obra que, por su complejidad, aún no he tenido la suerte de de realizar, y es un Descendimiento. Es una obra que me llama la atención por su complejidad, y además me gustan los grupos compactos. He realizado varios grupos, pero de momento no he pasado de cuatro esculturas. Me gustaría mucho hacer un un paso de un Descendimiento.
Para terminar nos gustaría saber 3 curiosidades:
– ¿Cuál fue la imagen que más te marcó?
Me he fijado en muchos escultores, sobre todo andaluces. Andalucía en la cuna de la imaginería. También tengo que reseñar que la obra de González Moreno me parece sensacional, y la de Hernández Navarro también me ha gustado siempre mucho. Quizás sean sean los espejos donde he procurado mirarme para realizar mis obras.
– ¿En qué proyecto andas inmerso ahora?
Ahora mismo estoy terminando un Cristo Flagelado que va para Molina de Segura. Hay varios proyectos confirmados, uno va para Elche de la Sierra, otro va para Callosa de Segura y hay otros que están a punto de confirmarse, por lo que seguiré trabajando en esto.
¿Qué escultor recomendarías a nuestros lectores?
Estamos en una provincia privilegiada, porque tenemos desde el barco insignia de la escultura religiosa en Murcia que es Salzillo, pasando por todos los escultores que hemos tenido aquí en la Región de Murcia. Y por supuesto los dos últimos que he comentado, González Moreno y Hernández Navarro. El que quiera empezar en el mundo del arte cofrade tiene que conocer sus obras.