07/09/2022
La exposición ‘Afuera, dentro’ de Fermín Jiménez Landa en el Centro Párraga profundiza en la relación del individuo con el espacio
El director general del ICA visita la muestra, que refleja la voluntad del artista de acercarse con sentido del humor a un entorno social que se presenta cada vez más pesimista y atomizado
El director general del Instituto de las Industrias Culturales y de las Artes (ICA), Manuel Cebrián, en la visita de hoy al montaje de la exposición ‘Afuera, dentro’, junto al artista Fermín Jiménez Landa, y el coordinador del centro Párraga, Sergio Porlan.
El Centro Párraga, adscrito al Instituto de las Industrias Culturales y de las Artes (ICA), acoge hasta el 20 de octubre la muestra ‘Afuera, dentro’, del artista Fermín Jiménez Landa, que profundiza en la relación del individuo con el espacio, tanto urbano como íntimo, a partir de una serie de acciones o infiltraciones que desdibujan el límite entre interior y exterior.
El director general del ICA, Manuel Cebrián, visitó hoy el montaje de la muestra, que se inaugurará este viernes, 9 de septiembre (20:30 horas), y señaló que “lejos de presentarse como obras concluidas e inalterables, los objetos de esta muestra son códigos abiertos. Activan procesos y encuentros, favorecen diálogos y están fundados en la voluntad del artista de acercarse con sentido del humor a un entorno social que se presenta cada vez más pesimista y atomizado”.
Planteando una serie de experimentos que articulan la realidad de forma comunitaria, Jiménez Landa intenta recuperar la distancia entre individuos a través de gestos que desarrollan relaciones horizontales y revelan el potencial del saber escuchar, apoyar y dejarse ayudar en lo cotidiano; de aprender a armar relaciones como una forma de cuidar de sus propios entornos. De aquellos encuentros que se produjeron quedan en su obra los rasgos tangibles: las evidencias de que algo aconteció más allá de los objetos que percibimos y de las paredes del museo. Estos objetos, a la vez, revelan la permeabilidad de las arquitecturas tangibles e intangibles y reconfiguran, de manera imperceptible, el espacio museal en cuanto organismo vivo.
Forma parte de la exposición el proyecto ‘En Turismo Infinito’ (2021–2022), donde el artista propone al comienzo de la muestra una ruta de escape en moto —tan irónica, cuan literal— desde el cubo blanco. La obra se muestra por primera vez como un objeto activable, y la moto puede llevar al espectador fuera del Centro Párraga para dar un paseo por la ciudad (se puede consultar al personal del centro para participar en la experiencia). Las personas que eligen viajar en la moto no se conocen previamente y ejercen una confianza mutua al viajar juntas. Quien ocupe el asiento trasero llevará un macetero en sus manos, como en una escena de la película ‘Blow Up’ (Abbas Kiarostami, 1990) que inspiró esta obra.
El tema de la huida tiene continuación en ‘La Fuga’ (2019), una serie de seis fotografías adyacentes a la moto: el artista, con la ayuda de unos obreros, construyó una estructura de ladrillos sin ventanas alrededor de sí mismo, hasta encerrarse en su propia arquitectura y negociando posteriormente con los obreros una forma para encontrar la salida. Saber escapar, en general, es también un trabajo creativo.
Río imaginario
Otro de los proyectos, ‘El Nadador’ (2013) es un río imaginario que el artista recorrió nadando por piscinas privadas desde Tarifa hasta Pamplona, una línea perfecta de aguas privadas dibujada con ayuda de Google Maps y un móvil con GPS. Esta acción fue inspirada en parte por el rol de Burt Lancaster en la película ‘The Swimmer’ (1968), y en parte por una moda entre jóvenes de aquellos años consistente en ocupar piscinas privadas sirviéndose de Google Maps para detectarlas.
De otra parte, ‘Las Puertas’ (2012) muestra en un video el trayecto del artista desde su piso hasta el lugar de su exposición en Madrid, al que llegó atravesando puertas sin pedir ayuda a nadie. Ambas acciones resultan en la creación de una comunidad virtual involuntaria, formada por personas que han contribuido al proyecto con su ayuda y disposición abierta.
Fermín Jiménez Landa parte de lenguajes diversos –dibujo, fotografía, instalación o vídeo– para indagar en planteamientos cotidianos que extrae de las rutinas diarias del espacio público y social, básicamente la calle e Internet. Un ilusionismo eufórico carente de todo poder que, desde el uso productivo del absurdo, la precariedad entusiasta y la superación de lo normativo, plantea una obra definida por un conceptualismo descreído y bromista que centra su atención en la capacidad de incidencia micropolítica del arte.
Ha expuesto en la bienal Manifesta 11, en los museos MAZ de Zapopan, Artium, Musac, CA2M y Oteiza, en Künstlerhaus Bethanien, en el Centro Botín, La Casa Encendida y en galerías como Moisés Pérez de Albéniz, Travesía Cuatro, Nogueras Blanchard y Bacelos.