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La actuación ha restaurado los pozos 11 y 13, dos de los más singulares de los 28 que existen actualmente en Sierra Espuña,

El consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, Antonio Luengo, acompañado por el alcalde, Pedro José Sánchez, han asistido durante la mañana de hoy a la inauguración de los pozos de la nieve número 11 y 13 de Sierra Espuña, una vez finalizados los trabajos de rehabilitación que se venían llevando a cabo durante los últimos meses.

A la cita han acudido, así mismo, la concejal de Turismo y Cultura, Verónica Carricondo, así como representantes de diferentes grupos de la Corporación municipal, y la diputada totanera, Isabel María Sánchez.

También ha asistido el jefe de las mencionadas obras de restauración, Andrés Muñoz, así como el equipo de arquitectos técnicos del proyecto, y agentes de protección medioambiental, entre otros.

A través de estas obras de rehabilitación, correspondientes al eje tercero del Plan Director de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, se han realizado numerosas intervenciones, entre la cuales cabe destacar actuaciones de seguridad, acciones de consolidación de muros de mampostería y de recalzado, así como numerosas obras de restauración integral.

Todas estas actuaciones, para las cuales se ha contado con un presupuesto de más de 322.000 euros, financiado en un 80% por los fondos FEDER y en un 20 % por la Comunidad Autónoma, se han desarrollado a partir de técnicas originales con el fin de preservar la identidad originaria de las mencionadas construcciones.

El pozo 11 es el de mayor tamaño del conjunto de 28 que hay en Sierra Espuña, con un diámetro interior de 12 metros y una profundidad de otros tantos; hasta ahora se encontraba bastante deteriorado, con la cúpula parcialmente caída, pero con el tambor y los huecos de acceso relativamente bien conservados. Los trabajos han consolidado toda la estructura y reconstruido la cúpula original, de ladrillo artesanal revestido de mampostería de piedra.

Por su parte, el pozo 13, de unos 8 metros de diámetro interior, es bastante singular por la forma cónica y apuntada de su cúpula, parte de la cual se había desmoronado. Se ha procedido a consolidar sus restos y a reconstruir la cúpula utilizando la técnica original de aproximación de hileras de mampostería de piedra.

Pozos de la nieve de Sierra Espuña

Los pozos de la nieve de Sierra Espuña comenzaron a construirse a finales del siglo XVI como medio para almacenar nieve y ser distribuida en forma de hielo en hospitales, ciudades y villas cercanas; el motivo de construirlos en este paraje fue la altitud (1.400 metros), las frecuentes nevadas, así como la pendiente del terreno, necesaria para evacuar de los pozos el agua del deshielo.

La mayor actividad de los pozos se producía en invierno, momento en que se llevaban a cabo las labores de recolección de nieve, así como en verano, fecha en la que se acometían labores de extracción y distribución del hielo a las distintas ciudades.

En el siglo XIX comenzó la decadencia de los trabajos en los pozos, debido principalmente al inicio de la producción de hielo artificial, si bien no sería hasta 1924 cuando realmente se certificó el cese de toda actividad en las cumbres de Sierra Espuña.

Los pozos de la nieve de Sierra Espuña, y su entorno medioambiental, conforman un conjunto patrimonial de gran relevancia por su interés histórico, paisajístico y etnográfico; está formado por un conjunto de 28 pozos que se encuentran ubicados junto a 12 construcciones anexas (ermita y casas), dos fuentes de agua, dos caminos de la red de senderos naturales (PR-MU-57 y PR-MU-63) y una vía pecuaria (con un abrevadero y descansadero de ganados).

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