Ismael Galletero, nacido en Albacete pero está afincado en Murcia, lleva una gran trayectoria en el mundo de la comedia. Es un monologista que considera que la comedia es un modo de ver la vida, además de una terapia a través de la risa.
¿Qué te inspiró a ser humorista? Cuéntanos cómo empezaste en este mundo.
Yo he sido cómico toda la vida. Cuando me he sentado a cenar con los amigos o con la familia siempre he sido “el payasete”, hasta en clase y todo. Pero realmente la causa por la que decidí dedicarme a este mundo fue debido a que yo padezco una enfermedad rara que se llama “Arnold-Chiari tipo 1” y “Siringomielia” y que afecta a la médula y el cerebelo, y llegó un momento en mi vida que no podía trabajar, no podía hacer nada. Un día, mirando en Internet me salió un curso en Madrid, y yo que toda la vida he querido hacer monólogos, entonces decidí a hacerlo, eran diez semanas, me iba los martes a Madrid, hacía el curso y me volvía. Y a partir de ahí, gracias a Dios crecí muy rápido, ya que relativamente me ha sido fácil crecer dentro de la comedia. La gente dice que es talento, yo digo que es suerte.
Empecé en el Albacete Comedy Club, porque hay espacios destinados para los cómicos que se llaman “comedies”, que es donde te dejan un espacio de diez minutos para que pruebes y empieces a subir al escenario por primera vez y vayas construyendo tu propio texto. Al final, en tres meses ya tenía mi media horita de monólogo. Empecé a trabajar con un compañero, actuando media hora cada uno y, a los quince o veinte días, ya tenía mi hora y empecé a actuar solo.
¿Cómo ves últimamente el momento del humor en general en televisión, radio, teatro, literatura, redes sociales…? ¿Es difícil vivir del mundo de la comedia?
El humor ahora mismo está en el punto que, se puede hacer humor de todo y no, porque hay gente que tiene “la piel muy fina”. Yo, gracias a Dios, por el tipo de humor que hago no he tenido problemas, pero sí es verdad que el humor está un poquito afectado. Hay mucho “ofendidito”, cuando es comedia es comedia y hay que tomarla como comedia. Un cómico que se sube al escenario a hacer reír, en ningún momento quiere que nadie se enfade, él saca sus herramientas. Si tú también vas a ver comedia, hay que saber diferenciar la realidad de la comedia, es un personaje lo que hay encima del escenario.
Es lo mismo que si ves a Bruce Willis por la calle y le gritas “¡asesino, asesino!” y le pegas una paliza por asesino, lo que hace en la televisión es un personaje. Pues esto es igual, pero sí es verdad que la comedia está un poquito más delicada.
¿Alguna vez has tenido que salir a actuar estando de mal humor? ¿Cómo has hecho en ese momento para sacar ánimos para hacer reír?
De mal humor y malo, lo que pasa es que yo tengo una cosa muy buena, que una vez que salgo del escenario a mí se me olvida todo. En una ocasión actuaba en un pub de San Vicente del Raspeig a las diez y media de la noche. Llevaba a mi cuñado conmigo, que es mi representante también, a mi mujer y a mi cuñada. Llegamos allí como a las siete y media u ocho de la tarde y me empecé a encontrar mal, con tiritones. Cuando llegaron a las nueve y media tenía cuarenta de fiebre. Tuve que actuar con cuarenta de fiebre y con fuerte gastroenteritis. Actué e hice un bolazo, pero luego llegué a casa y casi me muero. Es verdad que yo soy de las personas que muchas veces me subo cabreado al escenario, pero mis cabreos me los llevo conmigo, por eso mi mujer muchas veces me dice que soy gracioso “de puertas para fuera”, es una frase que siempre digo, porque siempre me lo dice ella.
¿Es verdad la famosa frase: “Es más fácil hacer llorar que hacer reír”?
Efectivamente, es mucho más fácil hacer llorar que hacer reír, es verdad. Aunque para mí es mucho más sencillo hacer reír que hacer llorar, pero porque dentro de mi vida siempre ha estado la comedia. Me es mucho más fácil hacer cualquier tipo de papel que derive en personaje cómico, que hacer drama.
¿Alguna anécdota relacionada con su profesión?
Como anécdota así curiosa, en un cumpleaños en Valencia que en mitad de la actuación había un chaval allí borracho. No recuerdo qué me dijo, no sé cómo llegamos a esa situación, pero se vino al escenario y se bajó los pantalones y los calzoncillos y me enseñó lo que son “sus partes”. Además, las tenía depiladas y todo (risas). Como anécdota me quedaría con esa porque fue la que más me sorprendió.
Otra anécdota de una mujer de setenta años, cuando terminó un espectáculo, que acababa de perder al marido como haría dos meses y la llevó su hija a ver el espectáculo, cuando terminó vino y me dijo “me he meado encima”. Digo “pero bueno, te los pasado bien…”, y me dice “No, no, que me he meado encima” (literalmente).
¿Cuál ha sido el mejor y el peor momento de tu carrera hasta el día de hoy?
Mi mejor momento en mi carrera ha sido presentar a Pepe Céspedes, que para mí es un comicazo de Almería muy referente, y al terminar la actuación que me diga “tío, me ha flipado lo que has hecho”. Por ejemplo, eso me lo quedaría como un buen momento en mi carrera.
Otro buen momento en mi carrera es poder ayudar con mi profesión a los animales, hacer muchas cosas por los niños… Hago muchas cosas benéficas que también las considero como buenos momentos.
El peor momento fue cuando me di cuenta que no hay tanto compañerismo dentro de la comedia como yo creía. Yo, cuando entré en la comedia pensaba “aquí somos todos colegas, somos todos amigos, ¡qué bien!, risas para allá, risas para acá…”; y luego, cuando tú ya tienes tu espectáculo en solitario, entra el ego de los demás y hay gente que va a por ti. Así que, mi peor momento en la profesión fue darme cuenta de que no hay tanto compañerismo como yo creía.
Como profesional del humor, ¿eres de risa fácil? ¿Con qué tipo de chistes o monólogos?
Sí, yo soy de risa muy fácil, a mí me gusta el humor absurdo, me río con todo. Me gustan los monólogos, me gustan los chistes… me gusta todo. Me gusta reír en general, porque pienso que en la vida lo único que de momento no nos pueden quitar, ni ponernos un impuesto, es la risa. Entonces creo que hay que reír más de lo que reímos, porque lo único que tenemos nuestro, que es algo que te beneficia… es algo “orgásmico”. Reírte es de los mejores placeres de la vida y es algo que no nos pueden quitar.
En qué proyecto estás actualmente? ¿Dónde podremos verte este año?
Este año estoy en proyectos como “Murcianicos por el Mundo” que anunciaremos la gira ahora de invierno en teatros de la Región de Murcia con Ismael Galán, Alberto Molina y Kika Frutos. También estoy en solitario con mi espectáculo “Poco no, Naaa”. Y, a parte, también el espectáculo nuevo que voy a sacar, que se va a llamar “Animal-ista”.
También estamos en proyectos nuevos que pronto anunciaré con Ismael Galán. Es un proyecto innovador que creo que va a pegar “un pelotazo bueno”.
Y luego, aparte, el día 21 de enero inauguramos el “Blue Café Teatro”, en Albacete, un negocio que lanzamos mis cuñados y yo. Va a ser un centro cultural donde habrá monólogos, espectáculos infantiles para los niños, música en directo, conciertos… Y ese es un buen proyecto.
Y luego a nivel cómico pues actuando en toda España sin parar. Me podéis seguir por las redes sociales. Ahí anuncio todas mis actuaciones:
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Artículo extraído del Nº 59 de Revista Conecta. Descárgala GRATIS aquí.