San Pedro del Pinatar es un municipio relativamente pequeño que posee 14 kilómetros de costa repartidos entre dos mares: Mar Menor y Mar Mediterráneo. Constituido en municipio de la Región Murcia en 1836, año en que se establece como ayuntamiento. Hasta el siglo XVIII tan sólo pobladores dedicados a la pesca y la explotación de las salinas ocupaban la zona, y fue en el siglo XIX cuando el municipio se transforma en residencia de temporada de verano para los habitantes de la huerta, atraídos entre otras cosas por las propiedades curativas del Mar Menor. Su situación estratégica en la costa y sus cualidades medioambientales han originado un crecimiento muy rápido de la población y un aumento de la actividad comercial y económica.
¿Qué visitar?
Los Molinos de Sal son algo característico del lugar, los más destacados son los molinos de Quintín y de la Calcetera, situados en la playa de La Mota. Estos molinos eran los encargados de la elaboración del producto de las numerosas salinas que se explotaban desde hace muchos años en San Pedro del Pinatar. En tiempos pasados servían para aportar agua del Mar Menor al conjunto de las Charcas Salineras. Están compuestos por una torre cónica cuya cubierta es giratoria, lo que permitía, mediante un largo timón, orientar el velamen hacia el viento de la forma más adecuada. Un sistema de engranajes trasladaba el movimiento hasta la parte inferior del molino, en la que una cinta de cangilones transportaba el agua desde el mar a los estanque. A pesar del transcurso del tiempo, los molinos conservan todavía en su interior el circuito interior de la explotación salinera.
La Iglesia de la Santísima Trinidad es digna de visitar. Posee un mural iconográfico del retablo realizado por Kiko Argüello, pintor considerado uno de los artistas más importantes en cuestión de iconografía cristiana. En la obra pictórica, que mide 18 metros de ancho y 11 de alto, se encuentran representados los episodios más importantes de la vida del cristiano.
La Casa del Reloj es de estilo modernista, fue construida por encargo de una conocida familia murciana, Servet Spottorno, hacia el siglo XIX. Es una casa donde se combinan elementos de estilo heterogéneo y se encuentra rodeada de un pequeño jardín de palmeras y eucaliptos. Una curiosidad es que en mayo de 1899 murió en ella D. Emilio Castelar y Ripoll, Presidente de la I República Española.
El Museo Barón de Benifayó es un edificio donde actualmente se ubica el Museo Municipal fue construido en 1892 por Don Julio Falcó D´Adda, Barón de Benifayó, como residencia de verano. Diseñado en estilo neomudéjar bajo la dirección del arquitecto Don Lorenzo Álvarez Capra, fue acondicionado para albergar el nuevo Museo Municipal de San Pedro del Pinatar, en el que se pueden visitar distintas salas de arqueología, etnografía, colección de juguetes antiguos y colección de material cinematográfico antiguo.
Las playas del Mar Mediterráneo como la Playa de El Mojón, Torre Derribada, separadas por el rompeolas del puerto. Las playas de la Llana que la componen Playa de las Salinas, Barraca Quemada y Punta de Algas, todas ellas ubicadas en el Parque Regional de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar. Tienen en común que son playas abiertas y profundas, con dunas de arena fina y cálidas aguas, muy mediterráneas y solitarias, incluso en temporada alta.
Las playas del Mar Menor con aguas templadas todo el año. Playas tranquilas y serenas. Villananitos, La Puntica y La Mota.
Punta de Algas-Encañizada, desde este lugar se puede observar la unión natural del Mar Menor y Mar Mediterráneo. Los pescadores, aprovechando el paso de los peces, colocan cañas en vertical clavadas en el fondo, en forma de laberinto que desemboca en una paranza donde los peces se quedan atrapados, escapando entre las cañas sólo los de menor tamaño. Este tradicional arte de pesca se denomina “encañizada”.
¿Qué hacer?
Los Baños de Lodo en las charcas son fruto con las aguas de elevada salinidad del Mar Menor, aplicar este barro sobre la piel parece tener un gran valor terapéutico en todo tipo de afecciones. Las particulares condiciones climatológicas del Mar Menor, con un alto porcentaje de horas de sol al año y una elevada salinidad, han propiciado que en el extremo norte de la laguna, en la zona conocida como Las Charcas, se fueran depositando durante siglos lodos aptos para tratamientos terapéuticos. Análisis realizados por la Universidad de Murcia (Estudio de 1995) revelan que estos sedimentos contienen un alto porcentaje de cationes, calcio, magnesio, potasio y flúor, así como aniones, cloruro y sulfato, muy superiores a los esperables, incluso, en aguas de esta salinidad. Además, la granulometría médica en esta zona incluye una elevada presencia de arenas finas y muy finas (limos y arcillas), que son realmente las que contienen las propiedades curativas atribuidas a los lodos.
Las Rutas con o sin guía son algo muy propicio para realizar desde Centro de Visitantes “Las Salinas” hasta llegar al Pinar de Coterillo, caminando por cómodas sendas y sobre pasarelas que bordean los estanques salineros observando las diferentes la belleza de las aves entre ellas, los Flamencos (Phoenicopterus roseus), muy abundantes y característicos en la zona.
¿Qué comer?
En San Pedro del Pinatar, la cocina es amplia, variada y sabrosa. El plato más conocido es el arroz, ya sea el conocido Arroz Caldero cocinado en un recipiente de hierro fundido o las tradicionales paellas de conejo, de marisco, con solomillo, con foie, incluso con pato, especialidad que podemos degustar en el Restaurante Juan Mari, un lugar que destaca por su cocina con productos de temporada como las verduras y el pescado fresco, y que cuenta con la recomendación de la Guía Michelín.
Y es que las delicias del mar, también son tradicionales San Pedro, donde se unen Tierra y Mar en su gastronomía, de inmejorables productos de su propia huerta y del Mar Menor y el Mar Mayor. Atún de ijada, Mojama, Huevas, Dorada, Mújol, Pardete, Galupe, Langostinos del Mar Menor, Zarangollo, Perdices de Lechuga, Habas Tiernas, Morcilla, Morcón y Longaniza seca entre otros.
De postre, nada mejor que fruta fresca como el melón o los higos, aunque si lo que buscamos es endulzar el paladar con un verdadero placer, no podemos dejar de saborear los dulces como el Pastel de Cierva, el Tocino de Cielo, la Tarta elaborada con Queso Artesanal de la zona o la Tarta de Café Asiático, una especialidad del cocinero Juan Mari y que recomendamos probar junto a su delicioso Helado casero de Higos.