Artículo extraída del nº 26 de Revista Conecta. Descárgatelo gratis haciendo click aquí.
¿Alguna vez has tenido en la cabeza una canción que no has podido dejar de cantarla? En verano, los pubs, discotecas, verbenas y fiestas se llenan de canciones con ritmos pegadizos y letras fáciles de recordar para que disfrutemos ahora que con el buen tiempo apetece más salir. Pero ese momento de diversión puede terminar por convertirse en algo incómodo, cuando la música ya ha terminado pero sigue sonando dentro de ti.
A este fenómeno se le conoce como “earworms” (en español “gusano auditivo”) y el culpable es la corteza auditiva de nuestro cerebro. Si eres de los que le ocurre, no te preocupes, no es nada nocivo, de hecho mantiene nuestra mente activa. Según un estudio, el 92% de las personas experimentan este fenómeno al menos una vez a la semana.
¿Por qué nuestro cerebro repite en bucle la misma canción?
Los “earworms”, también llamadas “imágenes musicales involuntarias” suelen almacenar fragmentos cortos, de aproximadamente 20 segundos, de una manera muy intensa, casi como si la estuvieras escuchando. Cuando se nos pega una canción en el cerebro, especialmente cuando se trata de un trozo que conocemos, nuestro cerebro trata de llenar los espacios que nos faltan para completar la canción, y su manera de hacerlo a través de la repetición.
Hay diversos factores que pueden provocarnos este fenómeno, como estar expuestos de manera repetida a una misma canción, o haberla escuchado recientemente.
También puede jugar un papel importante nuestra memoria, que asocia esa canción a un momento o lugar concreto, y que nos hace conectar de nuevo cuando la escuchamos. Este caso también puede ocurrir al contrario, cuando al visitar un lugar, recordar un momento o ver a una persona, puede hacer que recordemos esa canción.
¿Cómo puedo sacar la canción de mi cabeza?
Cuando más piensas en quitarte esa canción de la cabeza, más tendemos a pensar en ella, debido al llamado “efecto rebote”. Lo mejor para eliminarla, es ocupar tu mente con otra actividad. Puedes leer, ver la televisión, escuchar otra canción, conversar con otra persona, hacer pasatiempos como sudokus, sopas de letras…
Busca cualquier actividad con la que distraerte, y sin que te des cuenta, la canción habrá salido de tu cabeza.
Artículo extraída del nº 26 de Revista Conecta. Descárgatelo gratis haciendo click aquí.