Antiguamente las Fiestas de Primavera de Murcia eran conocidas como Fiestas de Abril.
En el año 1907, ya tenía lugar el famoso Entierro de la Sardina. Ese año, se incluyó varias novedades
en los festejos, como la Batalla de las Flores en la que se entregaron suculentos premios en
metálico y la corrida de toros.
Un menor protagonismo tenía el Bando de la Huerta, cuya organización se decidió cuando apenas
quedaba un mes para la Semana Santa. Su celebración fue posible en aquellos años gracias al
entusiasmo de unos jóvenes de la ciudad.
Tradición
Las Fiestas de Primavera comienzan el Domingo de Resurrección con la inauguración de Las Barracas Huertanas, el martes se celebra el día del Bando de la Huerta, y durante la semana el Desfile de Flores, la Llegada de la Sardina, el Certamen de Tunas y el Testamento sardinero amenizarán las fiestas hasta culminar el sábado con El Entierro de La Sardina.
Durante la semana de Fiestas de Primavera, en las plazas y jardines más importantes, las peñas huertanas instalan las famosas “barracas”, en las que se ofrece la gastronomía tradicional murciana, se realizan actuaciones folclóricas y se recrean las viviendas y los antiguos usos y costumbres de la huerta.
Bando de la Huerta
Declarado de Interés Turístico Internacional, el Bando de la Huerta es la fiesta por antonomasia de la ciudad de Murcia, que se celebra el primer martes después de Semana Santa, abriendo el ciclo de las Fiestas de Primavera, convirtiendo a la ciudad en una singular Huerta plena de murcianos con la vestimenta regional.
La jornada comienza temprano, con una ofrenda floral a la Virgen de la Fuensanta, patrona de la ciudad, frente a la fachada de la Catedral. Por la tarde parte el Desfile que recorre el centro de la ciudad, obsequiando a todo el mundo con los productos que llenan las carrozas.
El Entierro de la Sardina
El origen de esta fiesta se remonta a 1851 cuando un grupo de estudiantes murcianos, entre los que se encontraban el poeta José Selgas y los futuros presidentes del Casino de Murcia, reproducen las Mascaradas que habían visto en Madrid. El desfile lo realizaron con capuchones negros, hachas y un féretro con la sardina y terminaban quemándola ante la expectación general. Así fue como nació el antecedente del Entierro de la Sardina.
Se trata de una fiesta pagana basada en la mitología y el fuego con tintes carnavalescos, dominada por una alegría desbordante que invade la ciudad de Murcia. Declarada de Interés Turístico Internacional en 2006, se celebra el sábado siguiente al Domingo de Resurrección.
El nacimiento de la sardina surge en el siglo XVIII, porque el rey Carlos III ordenó llevar sardinas para celebrar el final de las fiestas de Carnaval. Sin embargo, les sorprendió un día de mucho calor y las sardinas se descompusieron. Olían mal y el rey tuvo la ocurrencia de enterrarlas en la Casa de Campo. Se dicen que así nació El Entierro de la Sardina.
Es una ceremonia con la que se anuncia el fin del Carnaval en diversos puntos de España e Hispanoamérica, con el objetivo de servir de transición, entre una fiesta donde reina la diversión, la risa y el desenfreno, hacia unas fechas como la Cuaresma que son más solemnes, serias y lúgubres, de modo que el Entierro de la Sardina mezcla ambos elementos, porque si bien predomina el cachondeo, pero lo hace introduciendo elementos propios de la época que se viene, con procesiones y luto, aunque sean en broma, excepto en la Región de Murcia que se celebra la semana posterior a la Semana Santa, representándose en sentido inverso, es decir, el triunfo de Don Carnal sobre Doña Cuaresma.
Se enmarca en la tradición y la historia, rindiendo culto de una forma simbólica a los dioses de distintas mitologías de la antigüedad, llegando a alcanzar el dramatismo litúrgico de los misterios de Eleusis (una ciudad agrícola que mantenía uno de los cultos de misterio más importantes de la antigua Grecia) a través de la luz de las antorchas, carrozas, dragones y del un -ritmo acelerado. En el Entierro de la Sardina hay un reencuentro de la memoria con las raíces y la expresión del mito.
Al término del desfile, sin hora fija pero ya de madrugada, la sardina, un monumento de cartón-piedra, es quemada en un fuego purificador bajo un cielo primaveral encendido por el impresionante espectáculo de fuegos artificiales.
Esta tradición tenía que ver con la prohibición de comer carne durante el tiempo de cuaresma, y el entierro simboliza el paso a un periodo de libertades, de hacer todo lo que normalmente está prohibido.
Esotéricamente, la muerte y el entierro lo que simbolizan es el adiós al pasado para recibir lo nuevo. Así como el frío invierno, deja paso a la primavera que florece y al cálido verano. Es una transformación donde lo viejo tiene que desaparecer para que nazcan nuevas oportunidades.
¿Conoces la simbología de los actos del Entierro de la Sardina de Murcia?
El pez. Es el elemento omnipresente en toda la fiesta, representa la imposibilidad de comer carne durante la Cuaresma y es quemado como símbolo del final de esta prohibición.
El fuego. Es el elemento clave, presente el todos los actos que componen esta festividad, lo encontramos en los hachones de los hachoneros, en los fuegos artificiales y por su puesto en las llamas que consumen la sardina al finalizar el cortejo. Adquiere un carácter purificador y tiñe de magia la celebración.
Los dioses paganos. Dan nombre a los distintos grupos sardineros, forman parte de un cortejo que recalca la tradición no sacra del festejo y aportan misticismo a los actos.
Los sardineros/as. Ataviados con ropajes de colores llamativos, son los verdaderos organizadores del desfile, suelen llevar casco cuando están sobre las carrozas y elementos identificativos de sus distintas agrupaciones.
Los hachoneros/as. Son elementos tradicionales del desfile desde sus inicios, ataviados con largas vestimentas a rayas y altos conos por sombreros, se protegen del humo de sus propios hachones con pañuelos en la cara y son parte indispensable de la iconografía del entierro y todos sus actos anteriores.
El pito. Tradicionalmente se conoce como tal en Murcia al silbato, se trata de un elemento muy característico de todo el entierro desde sus inicios, se reparte entre los asistentes y lo llevan los sardineros para crear al unísono un ensordecedor alboroto que acompaña a todos los actos sardineros.
El Pañuelo. Protegía tradicionalmente a sardineros y hachoneros del humo, en la actualidad también es un símbolo de la fiesta ya que como marca la tradición iniciada por el histórico sardinero, Pepe Carreres, donde deben agitar éste en molinillo al sonar el himno sardinero.
El desfile de Las Flores
El Desfile de las Flores es la denominación actual de lo que tradicionalmente se conocía como la Batalla de Flores. Bellas murcianas, algunas ataviadas con el traje regional sobre artísticas carrozas con una ornamentación y decoración esencialmente floral. El Desfile también conocido como Murcia en Primavera es una exaltación de la estación con todo su significado donde se lanzan más de 200.000 flores y obsequios a los asistentes.
En este desfile, que se celebra el jueves de pascua, participan carrozas alegóricas a los festejos tradicionales de nuestras Fiestas de Primavera, así como otros temas. Las artísticas carrozas están decoradas con flores naturales y muestran la belleza de las flores de los huertos y jardines murcianos. Bandas de música, grupos de animación y otros elementos forman parte del cortejo.
Certamen Internacional de Tunas
El Certamen Internacional de Tunas Costa Cálida cuenta con la participación de tunas procedentes de diversas universidades españolas, europeas e iberoamericanas.
Sus orígenes se remontan al año 1988 cuando un grupo de vecinos del barrio de San Basilio decidieron organizar este certamen para revitalizar esta zona de Murcia un poco olvidada. Durante los primeros años se celebró este evento durante las fiestas de San Basilio pero pronto pasó a estar unido a las Fiestas de Primavera de Murcia.
Cintas de colores, capas y voces de tunos de Medicina, Derecho, Economía y Empresa, Educación, Distritos de Murcia, además de los ingenieros técnicos de Cartagena inundan las calles de la ciudad con sus serenatas.