El Ayuntamiento de Alhama de Murcia ha sido uno de los beneficiarios de los fondos europeos ‘Next Generation’ para el proyecto de rehabilitación integral de los antiguos almacenes de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, ubicado en las inmediaciones de la estación de ferrocarril.
La resolución del ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del Gobierno de España, enmarcada dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, en su fase 1, ha concedido al municipio la cantidad de 420.767 euros para este proyecto. A ella hay que sumar la aportación del Ayuntamiento para culminar la totalidad del proyecto, que está presupuestado en unos 480.000 euros.
La alcaldesa, Mariola Guevara, ha explicado que la actuación «se engloba dentro de nuestra estrategia de mejora y dinamización de barrios. Se van a realizar numerosos cambios e inversiones que van a suponer una gran transformación de toda la zona». En relación a ello, «se van a desarrollar nuevas unidades de actuación que van a generar solares edificables de uso residencial, nuevas zonas verdes y ordenación del tráfico, así como oportunidades para las viejas vías y estación de tren, ya en desuso», ha destacado.
El Consistorio alhameño formalizó con la Mancomunidad el pasado mes de mayo la adquisición de ese espacio abandonado con el objetivo de recuperarlo y ponerlo en valor. Previamente, en el mes de marzo, se realizó una encuesta online para decidir cuál sería el uso de un edificio que se encuentra protegido a nivel urbanístico, al tratarse de uno de los pocos ejemplos que quedan de la Arquitectura Industrial construida en la localidad a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. El resultado mayoritario fue la opción de un centro de ocio joven multidisciplinar.
Proyecto Re[Activando] los antiguos almacenes de la Mancomunidad del Taibilla
El almacénd e los Canales del Taibilla data de principios del siglo XX y tiene una proteción de grado 3 en el Catálogo Etnográfico del municipio, compatible con las actuaciones. Se encuentra al Este del núcleo urbano, próximo a la antigua estación de tren y en una zona en desarrollo con la creación de espacios verdes y viviendas.
Se convertirá en la nueva centralidad del barrio, siendo el foco de atracción cultural para los jóvenes como recoge la EDUSI. Se propone que el programa de la nave pueda ampliarse en un futuro mediante un sistema de construcción modular, según las necesidades de cada momento.
Será un espacio inclusivo: en el interior se usarán rampas para comunicar las diferentes zonas y habrá un aseo adaptado, todo con la señalización adecuada. En el antiguo parking de la estación se habilitarán plazas para personas con movilidad reducida y plazas para coches eléctricos.
Sostenibilidad e innovación
La actual nava se reutilizará como un nuevo espacio para la innovación social dedicado a las artes escénicas.
Se activan todos los elementos de la nave original, con el reciclaje como estrategia de intervención: la subestructura de la cubierta se reutilizará para darle una segunda vida como montante para el aislamiento de corcho expandido interior. También se reutilizarán las tejas existentes. La solera actual se demolerá y triturará para su posterior uso como grava para las zonas exteriores, donde se ubicarán los aseos y la sala de instalaciones.
A nivel estructural se recuperarán las cerchas de madera para adaptarlas a las exigencias del CTE y se contruirá una nueva solera, aislada térmicamente y protegida contra la humedad, mejorando las condiciones de habitabilidad y accesibilidad.
El nuevo uso de la nave permitirá la realización de varias actividades simultáneas, como talleres y danza, separadas por cortinas divisorias o actividades de más aglomeración, como conciertos y teatro, que tendrán lugar en el propio cascarón. El programa más específico, como las salas de ensayo, tendrá lugar en contenedores marítimos, que romperán con la estética tradicional. Éstos generarán un altillo como espacio complementario y versátil.
El proyecto pretende reducir el consumo en la construcción, utilizando madera OSB para el trasdosado interior, para aislar tanto paramentos verticales como cubierta y reducir la demanda en el funcionamiento, obteniendo una calificación energética A y superando el límite del 30% de reducción de consumo de energía primaria no renovable.
Todo ello se conseguirá con varias actuaciones: mejora de la envolvente térmica y complementando con paneles fotovoltaicos combinados con la erotermia para climatización y el uso de la ventilación de doble flujo con recuperador de calor, que reducirá el coste del mantenimiento del edificio. Acompañado de soluciones pasivas, como la ventilación cruzada y la utilización de las contraventanas existentes para protección solar.