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¿Tiendes a dejar algunas cosas para después? pues precisamente eso es lo que significa procrastinar, aplazar o dejar para luego ciertas tareas o responsabilidades.

Esto lo solemos asociar con una características de personas holgazanas o que no gestionan bien el tiempo, sin embargo, está demostrado, que está relacionado con un problema de regulación emocional, ya que es una forma de enfrentar estados emocionales como la ansiedad, la inseguridad, la frustración…

Es algo que hacemos de manera consciente, es decir, sabemos que estamos evitando una tarea y también que puede tener ciertas consecuencias negativas, esto hace que aparezca la culpa por no hacer algo que se supone que teníamos que hacer. Por lo que estamos haciendo algo consciente pero irracional.

Entonces, ¿por qué lo seguimos haciendo si nos hace sentir mal?

Procrastinar nos supone un alivio temporal inmediato, en el que esos estados emocionales desagradables desaparecen en el momento, y eso lo tenemos más en cuenta que los resultados que podamos tener a largo plazo. Por tanto, dejar esas responsabilidades o tareas que nos producen malestar para otro momento es un refuerzo negativo que disminuye nuestro malestar y, por tanto, tenderemos a volver a hacerlo, entrando en un círculo vicioso de procrastinación.

Pero este círculo vicioso, que en un primer momento nos alivia, con el paso del tiempo genera estrés, problemas de autoestima, hábitos inadecuados, síntomas depresivos y consecuencias también a nivel físico.

¿Qué tipo de tareas me van a llevar a procrastinar?

Una persona que tiende a procrastinar no tiene por qué hacerlo en todo, depende del tipo de tarea o responsabilidad y de la situación.

Podríamos evitar ciertas tareas simplemente porque son desagradables, aburridas o porque son impuestas, pero también podrían estar involucrados sentimientos como la baja autoestima, el miedo y la inseguridad, que nos van a influir de manera negativa en el afrontamiento de esa tarea, o pensamientos relacionados con que no vamos a poder hacer cierta cosa o no vamos a poder hacerla bien.

Pero procrastinar no siempre significa perder el tiempo, podemos estar haciendo otro tipo de tarea productiva mientras evitamos la que no queremos enfrentar.

Algunos consejos:

  • Ordenar prioridades y no querer abarcarlo todo a la vez. Cuidado con la imposición de obligaciones propias y/o ajenas.
    Ponte plazos de tiempo para cumplir tareas, pero cuidado con ser demasiado exigente contigo mismo.
  • Divide la tarea en minitareas que puedas ir superando y que, poco a poco, te lleven a tu objetivo final.
  • Si tienes la posibilidad de compartir la tarea con alguien hazlo, eso lo hará todo mucho más fácil o por lo menos más entretenido.
  • Intenta quitar todo tipo de distracciones que te hagan olvidarte de tu objetivo prioritario.

Nisara Psicología
Gabinete de Psicología

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