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Solo usamos el 10% del cerebro

Seguramente haya oído que solo usamos el 10% de nuestro cerebro, pero esto no es cierto.

El origen de este falso mito está en una conferencia del psicólogo William James, quien dijo que las personas normales, en sus quehaceres cotidianos, no llegan a usar más del 10% de su potencial intelectual. Con esto quería decir que esas personas no usan sus recursos mentales, por falta de entrenamiento o desarrollo, pero no que solo usasen una pequeña parte de su cerebro.

Tal como recuerda Francisco Mora, el cerebro es fruto de millones de años de evolución, a lo largo de los cuales ha aumentado de tamaño –se pasó de un órgano de 450 gramos en australopitecos a los 1.450 gramos actuales–. ¿Cómo se podría explicar que en los últimos cientos de miles de años hubiera aumentado su tamaño pero no se hubiera aprovechado el 90 % de su capacidad?

El hemisferio derecho es el creativo

Probablemente hayas escuchado que las personas más creativas, intuitivas e imaginativas tienen un hemisferio cerebral derecho más fuerte, mientras que la gente analítica y racional tiene un hemisferio izquierdo dominante. Es tal nuestro afán de clasificar y poner etiquetas para todo, de dividir a las personas en categorías, que se da por sentado que quien es analítico no es creativo, y viceversa, o que no existen grises y puntos medios.

En realidad, los dos hemisferios cerebrales están unidos por una conexión, el cuerpo calloso, que permite una constante transferencia de información y que hace que el cerebro prácticamente funcione como un todo.

El cerebro funciona como un todo tanto en personas afines con los números como en personas más talentosas con la pintura.

Los tres primeros años marcarán el resto de tu vida

¿Has escuchado que los primeros tres años de vida son absolutamente críticos para el desarrollo del cerebro, y que, por ello, hay que atiborrar a los bebés a estímulos?

Es cierto que a esas edades se aprende. El cerebro sufre entonces profundos cambios en las conexiones y la forma de sus neuronas y otras células. La información contenida en los genes y todo lo que el niño toca, ve y oye, produce estas transformaciones.

En ese tiempo, el cerebro pasa de llegar a unos 400 ó 500 gramos, en el nacimiento, a alcanzar los 1.000 gramos a los tres años. A esa edad, el número de sinapsis en el cerebro crece a una tasa de entre 30.000 y 50.000 por segundo en cada centímetro cuadrado de la corteza cerebral.

Pero a estas edades, los niños se relacionan con el ambiente a través de las emociones y mecanismos básicos de refuerzo (placer y evitación del dolor), el afecto y el juego. Así que no será hasta los seis o siete años, cuando podrá comenzar a comprender conceptos e ideas complejas.

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