Con la llegada del frío, muchas personas tienen continuamente los pies fríos, sobre todo de noche, llegando a sentir la sensación de tener los pies helados, incluso aunque lleven calcetines gruesos. Tener los pies helados al acostarse nos puede provocar incluso que nos cueste más dormir. Te contamos el porqué.
Los pies no solo son el apoyo del cuerpo, sobre ellos descansa también la salud, y mantenerlos calientes contribuye a reforzarla. Es por ello, que tener los pies fríos nos puede estar avisando de que algo no acaba de funcionar bien y nos da la oportunidad de ponerle remedio, además de evitar la molesta sensación de frío.
En ocasiones, es natural que los pies se enfríen cuando baja la temperatura, pero no lo es cuando se convierte en habitual. El cuerpo, para mantenerse caliente, precisa que los vasos sanguíneos superficiales lleven la sangre hacia el interior y así minimizar la pérdida de calor. De ahí que también se enfríen las manos, la nariz o las orejas. Sin embargo, algunas personas sienten más frío que otras, y casi siempre tienen sus pies helados, es en ese caso conviene ver qué lo está pasando. Las causas pueden ser varias, como una anemia, problemas de circulación sanguínea o incluso un problema neurológico que afecte a la conducción nerviosa y que provoca problema de sudoración.
El frío tiene un efecto directo sobre los vasos sanguíneos, pues produce una vasoconstricción (estrechamiento) que afecta al caudal de sangre que circula por nuestras arterias y venas. Una de las funciones principales que tiene la sangre en los pies es mantenerlos calientes. Si la sangre llega de una forma adecuada a toda la planta del pie y a los dedos, produce una regulación de la temperatura aumentándola cuándo es necesario.
¿QUÉ PUEDO HACER PARA CALENTAR LOS PIES?
Practicar ejercicio aeróbico, no permanecer mucho tiempo de pie y llevar una dieta equilibrada rica en frutas y verduras ayuda a prevenir o mejorar los pies fríos. Por otro lado, conviene evitar el calzado y los calcetines demasiado ajustados e inadecuados para el frío.
Para prevenir los pies fríos la medicina natural propone además varias soluciones:
Baños alternando agua fría y caliente. El objetivo de estos baños es entrenar la adaptación de los pies al frío. Se puede hacer fácilmente en casa realizando baños de pies a temperatura caliente y fría. Los capilares se dilatan primero con agua caliente y luego se constriñen en un breve contacto con agua fría, lo que provoca una reacción inmediata pero duradera de vasodilatación que ayuda a conservar el calor. Esta práctica, realizada con regularidad, mejora la circulación sanguínea a la vez que fortalece la salud.
Fitoterapia para mejorar la circulación. Las plantas medicinales que activan la circulación también ayudan. Darse masajes enérgicos con aceite esencial de pimienta, canela o naranja, o beber infusiones de jengibre, ginkgo o rusco contribuye a aliviar el problema.
Alimentación. La alimentación también puede ser una buena manera de ayudar a calentar el cuerpo en los meses de frío. Hay alimentos con efecto calorífico que pueden ayudarte a entrar en calor. Puedes preparar recetas tradicionales que son una buena opción para calentar el cuerpo, como por ejemplo, caldos de verduras, sopas o cremas.