Ingredientes:
– 1k de mejillones
– Una cebolla mediana
– Agua para cocer
– Sal
Para la bechamel:
– Leche
– Agua de cocción de los mejillones
– Harina
– Nuez moscada
– Pimienta
Para rebozar:
– Huevo batido
– Pan rallado
– Aceite de oliva suave
Elaboración:
A pesar de llevar muchos ingredientes es sencilla de elaborar, la base será una salsa bechamel hecha en su punto justo de espesor, pero eso es como todo en la cocina: cuestión de práctica.
Primer paso: lavamos bien y cocemos los mejillones
Este paso es muy sencillo porque lavar y cocer unos mejillones sabemos todos, aunque ahora nos esmeraremos un poco más.
Lavamos los mejillones raspando bien las conchas hasta dejarlas lo más lisas y limpias posibles (tened en cuenta que serán el soporte de la tapa y la comeremos ahí). Una vez los tengamos pasamos a cocerlos, para ello los colocamos en una cacerola y si queremos aromatizarlos le podemos poner pimientas en grano, laurel, ajos¿ yo no les pongo nada porque luego los enriqueceremos. Cuando las valvas se abran apartamos y separamos la carne de la concha.
Segundo paso: preparamos los ingredientes
Pelamos la cebolla, la cortamos en cuadritos pequeños y la pochamos con un poco de aceite de oliva en una sartén honda. Ahora podemos añadirle unas guindillas cortadas y dorarlas junto con la cebolla, pero eso es al gusto.
Una vez esté transparente le añadimos la carne de los mejillones cortada muy pequeñita y también podemos incluir en la receta unos trocitos de huevo cocido que suavizará bastante, si os gusta la idea es el momento de echarlo.
Tercer paso: elaboramos la bechamel
Aunque parece un paso complicado pero realmente es una salsa sencilla, aunque siempre hay truquillo. En la sartén con todos los ingredientes preparados añadimos 2 cucharadas colmadas de harina y removemos bien. Ahora vertemos leche poco a poco sin dejar de remover para evitar que salgan grumos y se nos ligue correctamente, ponemos nuez moscada y pimienta al gusto. La tendremos en su punto cuando la salsa se despegue de las paredes de la sartén, la dejamos enfriar.
Cuarto paso: rellenamos y freímos
Con la bechamel fría procedemos a rellenar las conchas de los mejillones que tenemos reservadas y limpias. Con ayuda de una cuchara rellenemos las conchas, pasamos por huevo batido y pan rallado, apretando un poco para evitar que se nos salga el relleno.
En una sartén con aceite de oliva suave y bien caliente pasamos a freírlos procurando que caigan siempre con el relleno hacia abajo.